¿Por qué siento ansiedad por terminar la universidad?

¿Por qué es tan difícil dar el paso de la universidad a la vida adulta?

No eres ni la primera ni la última persona que le pasará esto. La gran mayoría pasa ansiedad al terminar la universidad.

Te vamos a spoilear el final de una vez, porque hay demasiada incertidumbre con el siguiente paso. Es por eso que sientes ansiedad al terminar la universidad.

 

Pero para ello haremos un recuento de todo lo que involucra.

Es la primera vez que no tenemos un camino claro

Si te pones a pensar de forma concreta, probablemente tengas por lo menos unos 14 o 15 años ininterrumpidos sabiendo que harás el día, semana, mes, semestre o año siguiente. Cursar el siguiente año de tu preparación escolar. Esto es desde el kínder hasta la universidad.

 

Podrá haberte gustado mucho o no el camino, pero la realidad es que estás acostumbrad@ a esa parte del camino. Por más mal que te fuera o que no supieras que hacer, sabías que seguiría estudiar. Al terminar la universidad ya no.

 

Ahora toca buscar trabajo, pero dónde, cómo se consigue, que involucra, estoy preparad@ y más preguntas que te podrás ir haciendo. La realidad es que no hay respuesta sencilla para ello, la única certeza es que dar ese paso sí que cuesta.

 

Una de las primeras razones por las que te cuesta eso no tiene que ver con la noción de que debes tener un plan (lo cual no es mala idea), sino en que por primera vez desde que eres consciente, el camino siguiente no está trazado como el resto.

 

Y eso, es difícil.

El miedo de dar un paso que no vaya con mis planes

Te seremos francos, la realidad es que muy pocas veces tenemos un plan claro del siguiente paso al salir de la universidad. El único plan, en la mayoría de los casos, es o empezar a trabajar o comenzar una maestría.

 

También puede que sea el caso contrario y que tengas un plan más definido para los próximos años, que harás esto para el año 1, lograr esto para el año 2 y esperar estar en esa situación para el año 3. Y la verdad, que fregón.

 

Pero te recomendaremos que tengas flexibilidad en ese plan. Muchas veces las cosas no pasan como uno lo planea, por más bien que lo planeé. En mi caso quería irme a estudiar una maestría al año de haberme graduado. La realidad es que no pude juntar el capital, ni conseguir una beca adecuada para cumplir esa meta. Tuvo que pasar después.

 

La realidad es que hay que tener apertura para este camino, aprovechar las cosas buenas y saber que habrá dificultades en ella. Y si por alguna razón, los planes cambian, no es el fin del mundo, ni es para desilusionarse. Si el esfuerzo por lograrlo es genuino y real, los aprendizajes del camino serán más valiosos que la meta. Nuevas oportunidades se te abrirán.

 

Como dice la famosa frase, “no es el fin, es el camino”.

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¿Soy capaz de cubrir esa posición?

Te ejemplifico esta respuesta desde mi punto de vista. Recientemente, hablaba con una clienta de nuestro programa de mentorías y cursos de Maestros del Futuro. Mientras revisábamos su CV me dijo que se sentía insegura al aplicar a vacantes y a sus entrevistas. La razón: no tenía ninguna experiencia relevante profesional, fuera de su universidad, para aplicar a trabajos.

 

Estar en esa situación es muy complicado. Recuerdo que en muchas ocasiones lo pensé, y peor me sentía sabiendo que tenía buenas calificaciones, había generado buenas relaciones y me creía capaz. Que las empresas no me llamarán, para una segunda entrevista o para una primera al aplicar una vacante solo reforzaba eso.

 

Si pudiera regresar en el tiempo, creo que el consejo que me daría, ante tu inseguridad de hacer las cosas, “capacítate más”. Pude haber leído, tomado más cursos, haber hecho proyectos pro-bono, prepararme más para darle para abajo a esa inseguridad mía. No lo hacía, caía en esta espiral asquerosa que solamente se hacía más cuando no recibía respuesta o correos de los lugares a los que aplicas.

 

También te diré la realidad, nunca estarás list@ para la posición a la que aplicarás y ¡¡QUE BUENO!! Imagínate que llegarás a un lugar donde supieras hacer todo a la perfección, te aburrirías al mes y te querrías ir a otro lugar. La clave está en el desafío, seguir aprendiendo y de ahí crecer.

 

No es solamente una cuestión de creértela (eso cuesta mucho y no es fácil), sino seguirte preparando y buscando oportunidades para que suceda. Solamente así iras reduciendo ese “no soy suficientemente capaz”.

 

En tu nueva oportunidad, al empezar, no lo serás. Con el tiempo lo dominarás y la romperás. Esto le pasa a tod@s.

Reconoce que sentirse así es parte del viaje

Creo que una de las cosas que más me frustraba era pensar que debía tener respuestas al dar el paso al graduarme. “Si para eso estudie” decía, para ya saber que hacer.

 

Desafortunadamente la universidad no te terminará de preparar de la forma adecuada para dar ese paso. Te enseñará habilidades para desempeñar tus conocimientos y el trabajo, pero el cómo, eso lo trabajar lo aprenderás en donde sea que trabajes.

 

¿Tendrás incertidumbre del siguiente paso? Sí.

 

¿Tendrás días donde no sabrás que hacer? Sí.

 

¿Te empezarás a comparar y creerás que tu vida no va para ningún lado? Sí, pero te recomendaría que no lo hicieras. Pero yo también lo hice, así que es un consejo que te doy pero que no pude aplicar en su momento.

 

Pero sobre todo…

 

¿Lo pasarás, regresarás a este momento y verás que era parte del camino? Por supuesto.

 

Es muy incierto y la vida adulta que te seguirá (manejar tus finanzas, hacer tus declaraciones, aprender Excel, invertir para tu retiro, AAAAA), también lo será. Confía en que lo podrás lograr y ocúpate en hacerlo.

 

Paso a paso.

 

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